Rusia

CÓDIGO DE ÉTICA PROFESIONAL DEL PERIODISTA RUSO

 

1. Un periodista siempre está obligado a actuar con base en los principios de ética profesional fijados en su Código. Su aprobación, aceptación y obediencia es absoluta condición para ser miembro de la Federación Rusa de Periodistas.

2. El periodista respeta las leyes de su país, pero cuando se trata de su deber profesional sólo reconoce la jurisdicción de sus colegas y rechaza cualquier atentado o presión o interferencia de parte del gobierno o de quien sea.

3. El periodista propaga y comenta sólo aquella información confiable de la que está convencido y que proviene de fuente que le es conocida. Debe evitar cualquier daño causado por sus análisis o críticas incompletas o imprecisas concernientes a informaciones socialmente importantes o por diseminar información falsa.

Un periodista está estrictamente obligado a separar los hechos informativos de las opiniones, versiones y suposiciones. Al mismo tiempo no tiene la obligación de ser neutral en sus actividades profesionales. Cuando lleva a cabo sus deberes no debe utilizar medios ilegales o poco éticos para adquirir información.

El periodista reconoce y respeta el derecho de las personas a no dar información y a no responder a las preguntas que se les plantean, excluyendo los casos en que la presentación de informes sea requerida por ley.

El periodista considera como un acto malévolo la distorsión de hechos. La difamación y la obtención de dinero por propagar, falsear o esconder información veraz, en cualquier condición, son graves faltas profesionales. Todo periodista debe rechazar cualquier compensación o recompensa directa o indirecta de terceras personas por publicar cualquier tipo de trabajo periodístico.

Cuando esté convencido de que ha publicado material falso o distorsionado, el periodista tiene la obligación de corregir su error utilizando el medio impreso o audiovisual. En caso necesario debe presentar disculpas.

El periodista responde con su nombre y reputación por la confiabilidad de todos sus mensajes y lo justo de todos sus juicios que han sido diseminados con su firma, seudónimo o anónimamente, pero con su conocimiento y aprobación. Nadie tiene el derecho de prohibirle quitar su firma del material periodístico que sea falseado contra su voluntad.

4. El periodista mantiene el secreto profesional de la fuente de información que le proporciona la noticia en forma confidencial. Nadie puede forzarlo a revelar esa fuente. El derecho al anonimato del informante puede romperse sólo en los casos excepcionales en que se sospeche que esa fuente conscientemente distorsionó la verdad, y también cuando la referencia al nombre de la fuente sea la única manera de evitar un daño serio a las personas. El periodista está obligado a respetar el derecho de las personas entrevistadas a no exponer oficialmente sus declaraciones.

5. El periodista acepta que su tarea puede provocar persecuciones y violencia. Al realizar sus obligaciones profesionales, combate el extremismo y la restricción de los derechos civiles de cualquier tipo.

El periodista respeta el honor y dignidad de la gente que pasa a ser objeto de su atención profesional. Se modera en las alusiones y comentarios relativos a la raza, nacionalidad, color de piel, religión, origen social y sexo, así como a incapacidades físicas o enfermedades de las personas. Evita las referencias de ese tipo, salvo cuando tengan relación directa con el contenido del trabajo periodístico publicado.

El periodista está obligado incondicionalmente a evitar expresiones ofensivas que puedan dañar la moral o la salud física de las personas.

El periodista sostiene el principio de que ninguna persona es culpable hasta que la Corte no establezca lo contrario. En sus comunicados, evita mencionar los nombres de los parientes y amigos de las personas encontradas culpables o con cargos de haber cometido un delito, excluyendo las circunstancias en las que ello sea necesario para la presentación objetiva del caso. También evita mencionar los nombres de las víctimas del crimen y publicar material que conlleve a su identificación. Tales normas deben ser acatadas estrictamente cuando la difusión periodística pueda dañar el interés de menores. Sólo la defensa del interés de la sociedad puede justificar investigaciones periodísticas que preconciban la intrusión en la vida privada de las personas. Estas restricciones de intrusión deben ser respetadas rigurosamente cuando conciernan a personas internadas en instituciones médicas o vinculadas a archivos de tales entidades.

6. El periodista considera incompatible su status profesional con el desempeño de un cargo público en órganos de gobierno, así como en partidos políticos u otro tipo de oganizaciones de naturaleza política. El periodista reconoce que sus actividades cesan cuando toma un arma en sus manos.

7. El periodista considera de poco valor ético utilizar su reputación y autoridad, así como sus derechos profesionales, para diseminar información de naturaleza publicitaria o comercial, especialmente si ese material no está claramente identificado como tal. La combinación de periodismo y publicidad es éticamente inadmisible.

El periodista no debe usar para sus intereses personales o de sus allegados ninguna información confidencial que pueda poseer gracias a su profesión.

8. El periodista respeta y defiende los derechos profesionales de sus colegas y acata las leyes de justa competencia. Se mantiene fuera de situaciones en las que pueda afectar los intereses profesionales de sus colegas.